En 1984, en este mismo ámbito, se celebró la “Reunión Nacional de Salicáceas”. Algunos de los aquí presentes hoy, tuvimos la oportunidad de asistir a aquel encuentro, que se ve tan lejano y tal vez desconocido por los jóvenes forestales que concurren a estas Jornadas.
Si bien se realizaron otros eventos sobre la temática que hoy nos reúne, el sector foresto industrial especializado en salicáceas reclamaba un amplio espacio de debate, que permita el fructífero intercambio de ideas en procura de lograr un posicionamiento en el contexto técnico y económico de los sauces y álamos, que aparecen como jugadores menores dentro del panorama nacional de los bosques cultivados.
Este reclamo se enfatizó durante las sesiones del “Tercer Congreso Forestal Argentino y Latinoamericano”, celebrado en Corrientes hace un año, pasando a formar parte de las Conclusiones y Recomendaciones del Plenario Final.
La iniciativa tomó impulso rápidamente y desde nuestra Regional Delta de AFoA, adherimos a la organización que durante estos meses, trabajando arduamente, culmina hoy su obra, ante este calificado auditorio.
En nombre de la Asociación Forestal Argentina quiero expresar nuestro beneplácito por la realización de estas “Jornadas de Salicáceas” que podemos ver como continuación de aquel significativo encuentro de 1984. A la vez que agradezco a los organizadores la invitación a participar en esta ceremonia de apertura.
Nuestra Asociación, que este año cumplió 60 años de vida institucional, mantiene su firme compromiso de propender al desarrollo forestal argentino, procurando incentivar y apoyar la investigación, la ciencia y la competitividad del sector forestal y foresto industrial que representamos: Pequeños, medianos y grandes productores.
Los desafíos que nos impone el mundo actual implican producción y sustentabilidad de nuestros recursos. Es de gran interés y preocupación para nosotros el cuidado de nuestro medio ambiente, el suelo, el agua y el aire, donde los bosques cumplen un rol altamente significativo.
Asistimos a una preocupante antinomia que pone en tela de juicio nuestra actividad productiva, tanto para el ser humano como para su entorno. El término “Forestal” aparece en ciertos ámbitos como una mala palabra. No escuchamos condenas públicas a cultivos extensivos, ni a actividades pecuarias, pero sí a los bosques… Y no se puede concebir civilización sin forestación.
Las plantaciones de salicáceas, junto a las pinos, eucaliptos y otras especies, junto a la forestación con nativas y al enriquecimiento de estas masas forestales, cumplen un rol destacado, en una acción absolutamente favorable hacia el medio ambiente y gravitante en la economía nacional. Plantemos convencidos de los beneficios de nuestra actividad.
Reitero la felicitación a quienes posibilitaron este encuentro y agradezco la invitación a expresarme en esta ceremonia.
Muchas gracias
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